En algunas personas la preocupación por la imagen corporal puede llevar a una serie de dietas cada vez más estrictas que en algunos casos pueden llevar a nuestro cuerpo a un estado de desnutrición. A menudo la abstinencia acaba desencadenando atracones incontrolables de comida, puede que acompañados de ejercicio físico exhaustivo o purgas para tratar de compensar estas ingestas. Poco a poco se puede experimentar una incapacidad para sentir sensaciones agradables, aislamiento e irritabilidad. Las personas cercanas pueden llegar a vivir este proceso con incomprensión y desesperación.
En estos casos se hace un trabajo a medio plazo que permite ir recuperando poco a poco el equilibrio a nivel físico, emocional y familiar.